Aunque la piel deshidratada suele ser un problema más común en pieles de tipo seca, lo cierto es que cuando llega el verano, y el calor apremia, los rostros de tipo graso o mixto también son susceptibles a esta clase de situaciones.
Quieres saber cómo puede evitar que esto suceda y cuál es el tratamiento más indicado? Sigue leyendo porque hoy te contamos todas las claves de esta problemática.
¿Cómo sé si tengo la piel deshidratada?
Lo primero es reconocer el problema. Pero la cuestión aquí es saber detectar cuándo tenemos la piel deshidratada, ya que esta es una condición que se suele confundir con la piel seca.
La deshidratación cutánea se manifiesta principalmente expresando tirantez y malestar, sobre todo después de salir de la ducha. En ocasiones, incluso, pueden aparecer escamas.
A diferencia de la piel seca, que es un tipo de piel con el que la persona va a tener que vivir siempre, la deshidratación es una condición totalmente pasajera, que con el adecuado tratamiento puede eliminarse, volviendo el rostro a su estado normal.
¿Por qué aparece la piel deshidratada?
Aunque creamos que nuestro organismo interior es el único que necesita de una correcta hidratación, nada más lejos de la realidad. Nuestra piel también refleja si estamos bebiendo suficiente agua o no, con lo que es muy importante que mantengamos una hidratación correcta sobre todo durante los meses de verano para que nuestra piel luzca bonita.
Cuando ingerimos líquidos, el agua se reparte por todo el cuerpo, hidratando órganos y tejidos, y llegando una parte a las capas de la dermis. Sin embargo, también existe un fenómeno conocido como PIA (pérdida insensible del agua), el cual hace que parte de esta agua se evapore.
La capa córnea por su parte, cuenta con una película hidrolipídica de agua la cual frena esta evaporación, lo que nos indica que al proteger esta parte de la piel estaremos también protegiéndonos contra la deshidratación del rostro.
Lo más habitual es que la piel se deshidrate por factores ambientales, como el frío, el calor, el viento, los rayos UV o la contaminación. Aunque también puede ocurrir por nuestra propia alimentación o malos hábitos. Por otra parte, también deberemos prestar atención a los productos que entran en contacto con nuestro rostro, ya que algunos pueden ser muy agresivos.
Por último, como es obvio, el consumo de agua regular también es altamente importante para mantener no solo nuestra piel hidratada, sino todo nuestro organismo.
Tratamientos y consejos para la piel deshidratada:
Lo primero que deberás hacer si te das cuenta de que tu piel está deshidratada es asegurarte de que estás bebiendo la cantidad de agua correcta. Aunque lo recomendable son 2 litro diarios, es cierto que está cantidad variará según nuestro estilo de vida y hábitos. Así que si realizas deporte o estás expuesto a los rayos solares y al calor, deberás elevar la cantidad de agua que ingieres cada día.
Lo segundo es prestar atención a los hábitos. La fruta y verdura son muy buenas para lucir una piel bonita y equilibrada. Si comes muchos fritos y otras comidas que no te conviene, ten en cuenta que esto se reflejará en el estado de tu piel.
Tampoco es recomendable fumar ni ingerir grandes cantidades de alcohol. Evita a toda costa cualquier sustancia que pueda ser nociva para tu organismo, ya que todo ello se reflejará en tu rostro.
También es importante revisar nuestras rutinas de cuidado diario. Si todos los días cumplimos con nuestros pasos esenciales de cuidado, es poco probable que lleguemos a sufrir de deshidratación en nuestra piel. Estas rutinas deberían incluir limpiezas diarias, exfoliaciones semanales, cremas hidratantes y otros pasos recomendables según nuestro tipo de piel. Si seguimos estos pasos diariamente, conseguiremos lucir una piel perfecta.
Si aún cumpliendo con todo lo anterior no conseguimos recuperar nuestra piel, hay tratamientos especiales para volver a hidratar la piel a través de productos hidratantes más intensos que nos ayudan a recuperar las capas exteriores de nuestra piel, reteniendo el agua con más facilidad y mejorando su aspecto.
Recuerda que la deshidratación del rostro es una condición pasajera que debería solucionarse en unas semanas. Si el estado de tu piel no mejora en ese tiempo, es recomendable que acudas a un especialista para que te recomiende una solución más elaborada.
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