Cómo tener una piel perfecta en verano

Como cada año, nos preguntamos cómo tener una piel perfecta, sobretodo cuando llega el veranito, ya que con él, nuestra piel queda más expuesta al sol, al cloro y a la sal, lo que puede perjudicar seriamente tanto a nuestro rostro como al resto del cuerpo. Pero no está todo perdido. Aún puedes evitarlo y disfrutar del sol, el mar y la piscina si te apuntas estos consejos sobre cómo tener una piel perfecta, luminosa, bronceada y, sobre todo, sana en verano, preparándola tanto por fuera como por dentro.

Cómo lucir una piel radiante

Limpieza

La higiene es un detalle muy importante que debemos tener en cuenta durante todo el año. Sin embargo, es en verano cuando más transpiramos y más usamos protección solar en todo el cuerpo y maquillaje con factor de protección. Por lo tanto, este es el momento de centrarnos más en la limpieza de nuestra piel. Si la piel está limpia podrá asimilar mejor los productos que le apliquemos. 

Respecto a la higiene facial, puedes seguir con tu misma rutina aplicando el producto que mejor se adapte a tu tipo de piel (crema limpiadora, gel facial o agua micelar), por la mañana y por la noche antes de ir a dormir.

Exfoliación

Gracias a la exfoliación de nuestro rostro y cuerpo lograremos eliminar las células muertas que se han acumulado desde el invierno, a través de unas partículas rígidas conocidas como “scrubs” y nuestra piel recuperará su luminosidad, estando un paso más cerca de lograr la piel perfecta deseada.

La exfoliación debería realizarse cada 10 días durante el mes previo a la exposición solar. 

Hidratación 

El invierno suele dejar nuestra piel seca, escamosa y deshidratada. Es por ello que la hidratación se convierte en un factor clave para poder tener una piel estupenda en verano, ya que nos ayudará a que luzca homogénea y luminosa. 

Las altas temperaturas típicas del verano hacen que se vuelva más complicado el lograr una buena hidratación. Por este motivo es mejor que dobles la sesión de hidratación corporal y que te apliques cremas ricas en nutrientes.

Es esencial que no te centres sólo en la hidratación del cuerpo, ya que la facial es igualmente importante y con ella nuestro rostro lucirá radiante, desprendiendo luminosidad y juventud.

Las zonas más sensibles por excelencia son las patas de gallo, el cuello y el escote, ya que su dermis es mucho más fina que la del resto del cuerpo. Por ello, en verano debemos protegerlas más que nunca, siendo recomendable el uso de cremas hidratantes ricas en glicerina, ácido hialurónico y vitamina B3.

¡No te olvides de hidratar los labios! Es una zona muy sensible y a menudo no la tenemos en cuenta. Para evitar que se resequen debes aplicarte varias veces al día bálsamos labiales con factor de protección solar 50.

Protección

Para lucir una piel bonita es esencial evitar a toda costa las molestas quemaduras producidas por la exposición al sol, que pueden manchar nuestra piel. 

Durante el verano es recomendable no exponerse al sol en las horas centrales del día y empezar a tomarlo en tramos cortos de tiempo, que se irían aumentando a medida que nuestra piel se fuese “acostumbrando” al sol. 

Además, media hora antes de tomar el sol debemos aplicarnos el protector solar, al menos de factor 15, así como repetir el proceso durante la exposición para que no pierda efectividad. 

Cómo lograr una piel estupenda desde el interior 

Bebe suficiente agua

Durante el verano el calor se vuelve más intenso y como consecuencia la transpiración de nuestra piel es mucho mayor. Por este motivo debemos hidratarnos más que nunca, siendo ideal que lleves siempre contigo una botella de agua. 

Para que tu piel se encuentre suficientemente hidratada es recomendable que bebas entre dos y tres litros de agua al día. 

Alimentos que favorecen el bronceado y protegen tu piel 

En algunos alimentos podemos encontrar un gran aliado a la hora de conseguir un bronceado homogéneo y duradero, así como para proteger nuestra piel de los rayos ultravioleta (aunque sigue siendo necesario el uso de protección solar). Además, es recomendable integrarlos en nuestra dieta unas semanas antes de empezar a tomar el sol. 

En algunas frutas, verduras y hortalizas de hoja verde están presentes el alfacaroteno y el betacaroteno, elementos químicos que al llegar al intestino se convierten en Vitamina A. Favorecen la producción de melanina, la defensa de la piel y también actúan como antioxidantes. Alimentos como el tomate, mango, papaya, calabaza, melocotón, zanahoria, espinacas, brócoli, acelgas o el perejil poseen grandes cantidades de alfacarotenos y betacarotenos. 

En alimentos como los lácteos, carnes, pescados y huevos encontramos proteínas, que son los componentes básicos de la piel. 

Las frutas y verduras también son fuentes de vitaminas que ejercen un papel esencial en la renovación celular, la generación de colágeno y la protección contra los radicales libres. 

En alimentos como los frutos secos, cereales, legumbres, carnes y pescados podemos encontrar minerales que contribuyen a la formación de nuevas células y favorecen la circulación sanguínea y la asimilación de las vitaminas. 

Y, por último, los pescados azules (las sardinas, el salmón, la caballa o el atún) cuentan con una gran concentración de ácidos grasos omega-3, los cuales evitan la deshidratación de la piel y la protegen del sol. Otros alimentos que también cuentan con una buena dosis de Omega-3 son las nueces, la soja y el germen de trigo.

Cuida tu interior

Algo que no solemos tener en cuenta es cómo nos sentimos, cómo nos encontramos por dentro. Y es que nuestra apariencia física es, a menudo, el reflejo de nuestro mundo interior

Así que, si quieres lucir una piel perfecta, tanto en verano como durante el resto del año, es muy importante que te sientas bien, que te liberes del estrés y la ansiedad que nos rodean en el día a día. 

Sabemos que no es tan fácil, pero la época estival es el mejor momento para relajarnos y descargar malas energías para lucir radiantes. Sin duda, es algo que tu salud te agradecerá. 
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