Ser ocupado y ser productivo son dos cosas muy diferentes. Y si bien solemos encontrar un equilibrio entre la vida laboral y la salud, a veces, a pesar de nuestras mejores intenciones, las listas de tareas pendientes se desbordan, las reuniones se acumulan y terminamos el día agotados, con exceso de trabajo, y estresados para mañana.
"Puedes hacer cualquier cosa, pero no todo" , David Allen
Los largos días son inevitables. Por lo tanto, es esencial que encontremos formas de relajarnos y recuperarnos de las exigentes necesidades de la vida. Por eso, hoy vamos a hablar sobre cómo encontrarse a uno mismo.
Sin embargo, desconectarse del trabajo no se trata simplemente de relajación. Para aprovechar al máximo tu tiempo de inactividad, está demostrado que debes realizar actividades que contribuyan a tus cuatro experiencias de recuperación: desapego del trabajo, relajación, dominio y control.
Vamos a ver algunas formas de incorporar cada una a nuestra propia rutina de recuperación al final del día.
Pasa un tiempo a solas para recuperarte
La mejor forma de encontrarse a uno mismo, es estar a solas. Somos naturalmente seres sociales. Sin embargo, pasar demasiado tiempo alrededor de otras personas puede drenar nuestra energía y obstaculizar la desconexión y recarga después de un largo día.
La soledad, dicho por escritores como Thoreau o Proust, es una de las herramientas más poderosas que tenemos para desconectar, recargar y profundizar en nuestras emociones y pensamientos. No se trata tanto del aislamiento físico sino de la desconexión mental.
Formas de encontrarse a uno mismo: un baño relajante
¿La receta para curar toda la frustración, la tensión de los hombros y el estrés que conlleva una semana de trabajo particularmente exigente? Tú, tu bañera y una bolsita de sales de baño y esencias relajantes. Confía, a veces "mi tiempo" es incluso más terapéutico que una tarde feliz con tus amigos. Cancela tus planes y toma un pequeño descanso de la vida real.
A continuación, vamos a mostrarte una forma sencilla de hacer un baño relajante en casa ¡Anímate y sumérgete!
Qué necesitas:
- 3 tazas de sal de sal de Epsom
- 2 tazas de sal marina
- 1 cucharada de aceite de lavanda
- Colorante alimenticio
- Paso 1: combina el Epsom y la sal marina en una taza grande.
- Paso 2: vierte el aceite de lavanda en esa taza y mezcla hasta que esté totalmente incorporado. Usa tus manos para asegurarte de que todo está bien combinado.
- Paso 3: Agrega de 5 a 7 gotas de colorante para alimentos en la taza y revuelve hasta que se distribuya uniformemente.
- Paso 4: Colócate junto a tu bañera y espolvorea ¼ de taza la próxima vez que necesites un baño relajante perfecto para encontrarse a uno mismo.
Relájate con un buen libro y una copa de vino
Un vaso de vino tinto al día, acompañado de un rato de lectura, nos ayuda a reducir el estrés, especialmente si lo hacemos al final del día. El vino tinto tiene un efecto calmante, por lo que ayuda a estar menos ansioso y preocupado. Y también sirve como antidepresivo del sistema nervioso.
Y, como ya sabrás, la lectura es una de las mejores formas de desconectar de nuestra rutina diaria. Elige un buen libro, sírvete una copa de vino tinto, siéntate en el lugar más cómodo de tu hogar y disfruta de una hora mágica dejando atrás los problemas y las preocupaciones. ¿Qué tal si apagas todas las luces menos la lamparita de leer? Sin duda, una gran forma de encontrarse a uno mismo.
No hagas NADA
¿No hacer nada? Claro, todos sabemos cómo no hacer nada. Todos sabemos cómo descansar y perder el tiempo. Pero muchos de nosotros estamos demasiado ocupados para hacerlo, y cuando lo hacemos, nuestras mentes a menudo están en otras cosas. No podemos relajarnos y disfrutar de la nada.
No hacer nada puede ser una pérdida de tiempo, o puede ser una forma de encontrarse a uno mismo. Y mejorar tu vida, eliminar el estrés y ser más productivo/a cuando trabajas.
No hacer nada, en el verdadero sentido de la palabra, puede ser abrumador si intentas no hacer demasiado de una vez. Para empezar, concéntrate en 5-10 minutos. Hazlo en tu dormitorio o sala de estar. Encuentra un momento y un lugar donde no haya muchas distracciones, ni mucho ruido, ni mucha gente que te moleste.
Enciende unas velas. Apaga las luces y todas las distracciones: TV, ordenador, teléfonos y similares. No hacer nada es difícil cuando nuestros dispositivos de comunicación nos llaman a hacer algo. Puedes ampliar información sobre esta técnica en nuestro artículo Meditación con velas.
Ahora, cierra los ojos y no hagas nada. Nos referimos a no hacer nada en el sentido de que, si alguien nos llama y pregunta qué estamos haciendo, decimos "Oh, nada". Sin embargo, no dejes que te llamen. No dejes que te distraigan.
Después de 5-10 minutos de hacer nada, puedes ir a hacer algo. Pero trata de hacer esto todos los días, o tantos como sea posible, porque no es posible convertirse en un maestro sin práctica.