Se acabó el verano, los días son más cortos y las horas de sol disminuyen. Empiezan a bajar las temperaturas y llegan las lluvias. Con el otoño también llegan los resfriados y aparecen las gripes. Ha llegado el momento de fortalecer nuestras defensas.
Cada vez que cambiamos de estación estamos más expuestos, bien sea en primavera por las alergias, en invierno por el frío o en verano por el calor. Estos son momentos sumamente delicados para nuestra salud, lo que nos obliga a estar más alerta con las señales que nuestro propio cuerpo emite.
Sin embargo, con unas buenas pautas para reforzar nuestras defensas, ayudaremos a nuestro sistema inmunológico a combatir dichos cambios y afrontar con más vitalidad la llegada del frío invernal y evitar la temida depresión otoñal.
¿Por qué bajan nuestras defensas?
Los motivos más habituales para la bajada de defensas entre estaciones son: una dieta inadecuada, el exceso de medicamentos, el consumo de alcohol, el tabaco, e incluso, nuestros propios estados emocionales.
Pero no solo encontramos razones en nuestros propios hábitos, sino también en el cambio de clima y de la presión atmosférica del entorno, elementos ambientales que tienen un impacto considerable en el estado de nuestras defensas.
¿Cómo aumentar nuestras defensas en otoño?
Mantener una dieta equilibrada es primordial para nuestro sistema inmunológico. Ingerir más agua, verduras y frutas variadas de temporada, así como aumentar la proteína de origen animal en caso de que nuestra dieta nos lo permita, es un buen punto de partida para cumplir con este propósito.
Otra opción es recurrir a los suplementos naturales para reforzar nuestra dieta, aunque nunca deberán ser substitutivos de ningún alimento o comida. La vitamina C, la jalea real, el ginseng, el té verde, el magnesio, las vitaminas del grupo B y los remedios homeopáticos son muy útiles en estos casos.
La práctica deportiva diaria hará que eliminemos muchas más toxinas, lo cual incurre en una mejora en la oxigenación del cuerpo, además de reducir el estrés, lo cual tienen un efecto directo en nuestro equilibrio emocional y por lo tanto, en nuestro bienestar integral.
Y siguiendo en esta línea, los problemas del día a día, las prisas desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, entre otras preocupaciones cotidianas absorben muchísima energía y aumentan nuestros niveles de corticoides, la hormona del estrés. Esto una vez más, infiere en la salud de nuestras propias defensas.
Cuando notamos que este tipo de situaciones nos superan, necesitamos parar para escuchar nuestro cuerpo y encontrar una forma efectiva de relajarnos. La práctica de yoga, realizar actividades relajantes como la meditación, así como acudir a un centro AIRE Ancient Baths, resultan formas muy efectivas para volver un estado mental equilibrado.
Recarga energía en AIRE Ancient Baths
Sin duda, en AIRE Ancient Baths encontrarás un refugio para estos primeros días fríos y húmedos del otoño, en un exclusivo templo dedicado a la relajación del cuerpo y mente. Estos centros del bienestar están inspirados en las civilizaciones antiguas como la romana, la griega y la otomana y se encuentran en edificios históricos restaurados en el centro de grandes y majestuosas ciudades.
Esta combinación de historia junto al poder terapéutico natural del agua, crea una atmósfera mágica y relajante. La experiencia se complementa con una serie de tratamientos como masajes y toda una selección de exclusivos rituales.
Tal y como hemos visto, una buena dieta basada en fruta y verdura de temporada con algún suplemento natural para complementarla, además de ejercicio físico diario y actividades relajantes de forma periódica, son claves esenciales para mantener nuestras defensas a punto para los cambios otoñales.
Gracias a ello, podremos combatir gripes, alergias y resfriados, además del cansancio que provoca esta bajada de defensas tan habitual en estos meses del año.
Antes de empezar a tomar complementos alimenticios o aplicar cambios radales en nuestra dieta, es recomendable acudir a un profesional para que nos aconseje de cuál es la mejor forma de realizar esta adaptación de una forma sana y equilibrada.
Con todo esto en mente, ya estamos preparados para dar la bienvenida al frío, la lluvia y todas las amenazas ambientales que están por venir, con una vitalidad y salud de hierro.