El running es ya un fenómeno de masas. Una fiebre imparable a la que cada vez se unen más personas por todo el mundo. Si tú también llevas algún tiempo pensando en que deberías empezar a salir a correr, te contamos todo lo que necesitas saber para convertirte en un excelente runner.
¿Pero qué es lo que tiene el running que cada vez son más personas las que lo practican? Probablemente te hayas hecho esta pregunta muchas veces, solo que ya es hora de dejar de interrogarte y pasar a la acción. Las probabilidades de que termines por engancharte a salir a correr, lo mismo que a todas esas personas de tu entorno cercano, son muchas. ¿Y por qué? Pues porque es una de las formas más sencillas de mantenerse en forma. Entre otras muchas ventajas: es gratis, se puede practicar a cualquier hora, en cualquier lugar y en cualquier momento del año y, además, es adictivo. Lo único es que tal vez no sabes por dónde empezar… Y por eso aquí te ofrecemos cinco consejos que te ayudarán en el proceso de convertirte en un buen runner desde cero.
1. Cómprate unas zapatillas
Puede que ya tengas unas (o varias) que solo has utilizado para cualquier otra cosa que no sea correr. Claro que puedes utilizar las que ya tienes si te aseguras de que son específicas para running y que se amoldan perfectamente a tus pies. Pero comprarte unas nuevas te ayudará mentalmente a fijar la idea de que estás trabajando en la incorporación de un hábito nuevo. No tienen que ser el último modelo ni tienen que suponer una gran inversión. Lo realmente importante es que ofrezcan una buena amortiguación. Cuando corremos el peso que soportan las articulaciones se multiplica por cinco, con lo que es crucial que sean de buena calidad para absorber y disminuir las vibraciones de los impactos y así evitar posibles lesiones.
2. No te fuerces, sigue tu propio ritmo
Al principio tienes que armarte de paciencia y aprender a ser comprensivo contigo mismo. Como todo, convertirte en runner te va a llevar algún tiempo. No puedes pretender llevar el mismo ritmo que los runners que llevan años corriendo. De hecho, si te fuerzas a correr de manera continuada durante demasiado tiempo, será contraproducente para ti y te hará sentir frustración. Dos o tres sesiones de entrenamiento a la semana en días alternos es lo que recomiendan los expertos para principiantes. Ya tendrás tiempo de aumentar la intensidad. Cuenta también con que es muy posible que al principio tengas que empezar caminando. No pasa nada. Tan solo procura caminar a buen ritmo hasta que te sueltes a correr.
3. Calienta y estira
Tus músculos necesitan un calentamiento antes de empezar a correr. Es muy importante que no hagas caso de quienes te digan que no es imprescindible porque sí que lo es. Los corredores novatos son los más propensos a sufrir agujetas, tirones y calambres musculares precisamente por no calentar. Encuentra la tabla de estiramientos que mejor se adapte a tus necesidades y dedica mínimo 5 minutos previos a la actividad. Si, por ejemplo, vas a correr 20 minutos, necesitarás añadir otros 10 minutos más para estiramientos cuando termines. Todo depende de tu capacidad, pero, sobre todo, no te marques metas que no puedas conseguir. Empezar poco a poco es la clave para no desanimarse y seguir con tu propósito.
4. Planifica las siguientes sesiones
Márcate en tu agenda o con una alerta en tu teléfono los días y las horas exactas a las que vas a salir a hacer running. A medida que tu cuerpo se acostumbre, tendrás que ir aumentando el tiempo y la frecuencia de las sesiones. Aumentar 5 minutos cada semana es un excelente objetivo hasta que logres correr entre 20 y 30 minutos sin sentirte exhausto. Llevar un registro de tus avances también te ayudará a perseverar. Intenta también quedar con algún amigo para salir a correr juntos. El reto compartido siempre es más llevadero.
5. Felicítate por tus éxitos
Incorporar una rutina de entrenamiento a tu día a día por básico que sea es para estar más que orgulloso. Igual de importante que esforzarse en conseguir un objetivo es saber disfrutar del éxito y recompensarse a uno mismo por ello, así que resérvate algún capricho para premiarte a ti mismo. Mejor todavía si esos pequeños premios te llevan a encaminarte hacia una vida saludable. Por ejemplo, disfruta de un refrescante zumo de frutas naturales o un smoothie para reponer fuerzas después de correr. O mejor todavía, resérvate una Experiencia AIRE. Los contrastes de temperaturas de los baños seguido de un masaje relajante que incida en la musculatura más profunda serán, sin duda, tu mejor recompensa.