Cómo preparar la piel para el verano

El calor cada vez está más presente. El invierno ha acabado dando lugar a la primavera, la antesala del tan anhelado verano. Todos estamos deseando que los días se alarguen y aumenten las temperaturas para poder pasar más tiempo al aire libre, hacer actividades y pasar largas jornadas bajo el sol de las playas.

Por desgracia, el verano trae consigo todo un seguido de consecuencias que pueden llegar a ser nefastas para la salud de nuestra piel, como la sequedad, la grasa o la falta de hidratación.

No obstante, estás de suerte ya que la primavera es la época perfecta para preparar nuestra piel para lo que se le viene encima. Con unos sencillos pasos, podremos conseguir una piel mucho más sana y fuerte capaz de soportar los estragos del calor y el intenso sol del verano.

1) Exfoliación

Si se hace en su correcta medida, la exfoliación puede ser tremendamente beneficiosa para deshacernos de todas las células muertas de la superficie de nuestro cuerpo. Esta debe llevarse a cabo entre 1 y 2 veces por semana dependiendo de tu tipo de piel (cada 2 semanas para pieles extremadamente sensibles), tanto en el rostro como en el resto del cuerpo.

Existen muchos productos en el mercado para poder exfoliar nuestra piel, aunque también puedes hacer el tuyo en casa con un poco de azúcar moreno y aceite de oliva (siempre y cuando lo utilices en el cuerpo). Al ser el rostro una zona mucho más sensible, recomendamos utilizar productos específicos para esta parte en concreto.

2) Mantener la piel hidratada

Aunque esto es básico en cualquier época del año, en verano es mucho más vital ya que el calor puede llegar a resecar muchísimo nuestra piel. En el caso del rostro, deberemos utilizar un producto con un nivel de hidratación acorde a nuestro tipo de piel, ya sea grasa, mixta o sensible.

Para el resto del cuerpo, tenemos muchísimas opciones en el mercado con distintos aromas y formatos: desde cremas hidratantes intensas hasta todo tipo de body milk. La cuestión está en probar diversos productos y decantarnos por aquel que supla mejor nuestras necesidades.

3) Beber mucha agua

Quizás esta sea la asignatura pendiente para muchos de nosotros. Lo cierto es que la gran mayoría de la población no bebe todo el agua que debería. Se recomienda una media de entre 1,5 litros y 2,5 litros al día dependiendo de nuestro estilo de vida.

Por ejemplo, si un día llevamos a cabo ejercicio intenso, se recomienda aumentar el consumo de agua ya que perdemos muchas sales minerales por el sudor. Lo mismo si pasamos un día bajo el sol en la playa, ya que el calor puede hacer que nos deshidratemos.

Pero el hecho de beber agua no es solo bueno para nuestro organismo interior, sino que también tiene un efecto directo en el exterior. Si estamos bien hidratados, nuestra piel lucirá mucho más bonita y sana.

4) Protección solar

La mayoría de personas creen que tan solo es necesario utilizar factor de protección cuando se está en la playa, pero nada más lejos de la realidad. El sol y sus rayos UV son sin duda uno de los agentes externos que más pueden dañar nuestra piel.

Además, también existe un riesgo de contraer cáncer de piel si no nos protegemos de forma adecuada. Es por eso que se recomienda llevar siempre protección solar en las partes más expuestas de nuestro cuerpo, como por ejemplo, el rostro.

Hay muchos productos especialmente diseñados para este fin. Por ejemplo, en el caso de la cara, siempre podemos utilizar bases de maquillaje o BB cream que contengan factor de protección en su composición.

También existen cremas hidratantes para rostro que incluyen un factor de protección 50 que nos ayudarán a matar dos pájaros de un tiro.

5) Limpieza

La limpieza facial debería ser una constante en nuestra rutina de cuidado diario. No obstante, muchas veces nuestras ajetreadas vidas no nos permiten prestar atención a asuntos tan importantes como este.

Llegada la primavera, es el momento de renovar por completo nuestra piel y prepararla para el verano. Además, podemos empezar a intensificar nuestras rutinas de cuidado, las cuales deberían incluir en primer lugar, una limpieza diaria que debe llevarse a cabo por la mañana y antes de irnos a dormir.

De esta forma, mantendremos nuestra piel siempre luminosa y a punto, haciendo que sus tejidos se vuelvan mucho más fuertes y resistentes a los dañinos efectos del sol.

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