Real food y alimentos procesados. A favor de la comida real

Las dietas son como las modas: hay veces que se apuesta por comidas bajas en calorías, otras sin grasas, y en ocasiones, uno cree que eliminando los carbohidratos por completo conseguiremos perder peso o mejorar nuestra salud solo porque los dice un gurú de las dietas. Nada más lejos de la realidad.

Los nutricionistas no dejan de insistir en que estas dietas tan estrictas no solo son peligrosas, sino que no funcionan como deberían. Además, el objetivo último no debería ser perder peso, sino estar sano. Estar en el peso ideal es una consecuencia de tener una dieta equilibrada que incluya alimentos de todos los grupos.

Es aquí donde entra el movimiento “real food”, el cual deja a un lado la antigua concepción de que las dietas deben dirigirse estrictamente a bajar de peso y apostar por una comida real capaz de proporcionarnos todos los nutrientes y vitaminas que necesitamos.

Pero, ¿qué es exactamente la “comida real” y cómo podemos diferenciarla del resto?

Los tres tipos de alimentos

En este sentido, tenemos tres tipos de alimentos que podemos consumir: los reales, los procesados (o procesados buenos) y los ultraprocesados.

Alimentos reales

En este grupo entrarían todos aquellos alimentos que no han sido manipulados de ninguna forma por la mano del hombre. Es decir, serían aquellos que podríamos conseguir o recolectar con nuestras propias manos, como es el caso de las verduras, las frutas, los frutos secos, los tubérculos, el pescado, la carne sin procesar, la leche fresca o los huevos. Estos son los más sanos de todos y los que deberían constituir la base de nuestra dieta.

Alimentos procesados

En este grupo entrarían aquellos alimentos que sí han pasado por un procesado, pero que esta manipulación no ha eliminado sus propiedades positivas y que ha logrado mantener todos sus nutrientes. Muchos de estos procesados, sirven para hacer el producto más seguro al consumo humano, como es el caso de la leche pasteurizada, o para mejorar su sabor y propiedades, como el chocolate negro o los panes integrales. Aquí también entrarían el aceite de oliva virgen extra, las legumbres en bote, la comida real que ha sido envasada o congelada o el jamón ibérico.

Alimentos ultraprocesados

Estos son aquellos alimentos que han sido tan manipulados por el hombre, que no solo han perdido todos sus nutrientes y propiedades, sino que además, pueden llegar a tener un impacto negativo para nuestra salud. En este grupo se incluirían los refrescos y las bebidas azucaradas, los lácteos azucarados, los panes refinados, las galletas, las carnes procesadas, las pizzas industriales, las patatas fritas, los snakcs, los dulces y chucherías, los zumos de bote, las salsas comerciales, etc.

¿Cómo debería ser nuestra dieta según el movimiento “real food”?

El principal problema de eliminar absolutamente todos los alimentos procesados de nuestra dieta es la falta de tiempo. En la sociedad que vivimos, a veces es complicado tener siempre cubiertas todas las comidas y que estén cocinadas con alimentos reales.

Según los expertos, se recomienda que por lo menos un 80% de los alimentos que consumamos sean reales, mientras que el 20% restante pueden ser alimentos procesados. ¿Y qué hay de los alimentos ultraprocesados? Pues bien, cuanto menos mucho mejor.

La razón es que estos productos que han sido tan manipulados por la mano del hombre contienen gran cantidad de azúcares, grasas refinadas y sal. Tomando el ejemplo de una crema de verduras procesada, aunque podamos pensar que es igual de sana que una hecha en casa, lo cierto es que al procesarla se le incluyen gran cantidad de ingredientes que nosotros no añadiríamos en nuestro cocinado, y que hacen que el producto final acabe perdiendo valor nutricional.

Muchos se preguntan cuál es la solución. Esta falta de tiempo está provocando que nuestros hábitos de alimentación sean cada vez peores. Los nutricionistas que abogan por este estilo de vida, sostienen que no es necesario elaborar grandes platos para una buena dieta. Por ejemplo, se tardan 5 minutos en hacer una ensalada con los ingredientes que tengas en tu nevera.

También es una buena alternativa hacer comida de sobra durante una tarde y congelarla para el resto de la semana. Aunque la congelación ya es una manipulación, el alimento final sería un producto procesado pero bueno. Obviamente, habrá perdido algunas propiedades por el camino, pero seguirá siendo sano para nuestro organismo.

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