Tipos de yoga: ¿cuál es el tuyo?

Elegir el tipo de yoga que más va contigo es tan importante como decidirte por fin a practicarlo. Cada modalidad tiene sus propias particularidades y en función del objetivo que busques será más recomendable uno que otro.

Ahora que ya pasó de ser una moda o una tendencia para formar parte del estilo de vida de millones de personas por todo el mundo, existen tantos tipos de yoga que ni los propios expertos se ponen de acuerdo en cuántas modalidades hay. Además, con frecuencia aparecen ciertas variantes que le dan una vuelta de tuerca a alguna de las versiones más populares incorporando algo novedoso.

El hatha yoga (más conocido como yoga sin más) es una disciplina de trabajo ancestral originaria de la India que busca lograr el equilibrio entre cuerpo, mente y espíritu mediante distintas posturas físicas o asanas. Partiendo de esta base que es la corresponde al yoga tradicional con miles de años de antigüedad, surgen diferentes estilos o variaciones de las que seguramente has oído hablar como son el Vinyasa Yoga, el Ashtang Yoga o el Bikram Yoga.

A la hora de optar por uno de ellos es importante tener en cuenta que algunos requieren menor intensidad de esfuerzo físico mientras que otras pueden ser comparables a la práctica de deportes como el running o el kickboxing. Por supuesto, siempre está la opción de alternar unas variedades con otras en función del momento o la necesidad puntual que se tenga. Sea como sea, te contamos cuáles son los tipos de yoga más conocidos y practicados.

1. Vinyasa Yoga

Vinyasa es como se llama en idioma sánscrito a la relación entre el movimiento y la respiración. Esta modalidad de yoga, muy extendida en Occidente, se basa en la práctica de asanas (o posturas) que implican movimientos corporales sincronizados con respiraciones específicas. A medida que se profundiza en su práctica se incrementa el nivel de dificultad de las posturas, aunque las sesiones terminan siempre con ejercicios de relajación.

2. Kundalini Yoga

También es conocido como el “yoga de la conciencia” puesto que es un tipo de yoga con un elevado componente espiritual. Las posturas que promueve combinadas con ejercicios respiratorios pranayama y, muchas veces también con mantras, buscan equilibrar los chakras para prevenir dolencias físicas y emocionales. Es un tipo de yoga muy fluido con actividad física moderada.

3. Ashtanga Yoga

A esta modalidad también se le llama el “yoga de los ocho miembros” porque comprende el seguimiento de ocho preceptos o reglas: prohibiciones en cuanto a comportamiento (no mentir, no robar, etc); preceptos como mantener ciertas disciplinas; asanas o posturas (en las que la columna vertebral tiene que manterse recta); pranayama o el control de la respiración; pratiajara (comer poco); dharana (concentración); dhiana (meditación) y samadhi (completa absorción).

4. Bikram Yoga

Este tipo de yoga cuenta con la particularidad de practicarse en espacios cerrados a una temperatura constante de 42º C. Incluye una variedad de 26 posturas combinadas con ejercicios de respiración durante las cuales se suda mucho, con lo que es perfecto para eliminar toxinas y reducir peso. Normalmente las sesiones duran 90 minutos y pueden suponer un ejercicio equivalente en intensidad a 20 minutos de running.

5. Aero Yoga

El aero yoga o yoga aéreo es una de las modalidades más novedosas y originales. Su base parte del Natha Yoga e incorpora algunas técnicas características del pilates. Para practicarlo hay que suspenderse en el aire con la ayuda de una tela o una hamaca sujeta al techo. Las posturas que se practican son las tradicionales, aunque jugando siempre con la gravedad que hace que cada estiramiento sea más intenso.

6. Fitness Yoga

Como un híbrido entre el fitness y el yoga existe esta variedad dirigida al fortalecimiento de la musculatura y la tonificación de zonas del cuerpo específicas como son el abdomen, las piernas y los glúteos. Las posturas que se trabajan en el fitness yoga van acompasadas de respiraciones profundas, con lo que se logra una mayor concentración en el ejercicio. Al ser la variedad con un mayor componente de actividad física es especialmente recomendable para personas que ya han practicado yoga con anterioridad y que buscan ahora mayor intensidad de la actividad física sin renunciar a los beneficios mentales que proporciona el yoga.

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