Leyendas y curiosidades de Sevilla

Sevilla es una ciudad que merece la pena conocer. Con el paso del tiempo, numerosas culturas han dejado su huella y hoy en día encontramos gran número de curiosidades y leyendas de Sevilla. Es fácil perderse en sus calles y admirar los famosos monumentos: la Giralda, la Torre del Oro o la Torre Dorada, el Puente Triana... O museos como “Museo de Artes y costumbres populares de Sevilla” Y por supuesto, una ciudad con tanta historia tiene muchas historias que contar. Anécdotas que trascienden la historia y se convierten en leyendas bien conocidas por los ciudadanos de Sevilla y que se convierten en una atracción turística para los visitantes que se alojan en los hoteles. Aquí hay algunos ejemplos de estas tradiciones y leyendas.

El lagarto de la catedral

Una de las leyendas de Sevilla la encontramos en el Patio de los Naranjos, en la Catedral de Sevilla, donde puedes encontrar un cocodrilo de tamaño natural. En el siglo XIII, el sultán de Egipto envió a Alfonso X de Castilla varios regalos, entre los cuales había un cocodrilo del Nilo.

Después de la muerte del animal, fue disecado y colgado en el Patio de los Naranjos. Sin embargo, el cocodrilo actual es una réplica de madera esculpida por un artista desconocido. Es conocido popularmente como el "lagarto de la catedral" y despierta una gran curiosidad entre todos los visitantes.

Leyendas de Sevilla: El cachorro

En el barrio de Triana vivía un hombre gitano conocido como "Cachorro". Un aldeano sospechaba que su esposa y Cachorro estaban cometiendo adulterio (aunque luego el sistema judicial probó lo contrario). Sin embargo, cegado por los celos, una noche el aldeano se escondió y lo esperó, apuñalándolo siete veces y causándole la muerte.

El escultor Francisco Ruiz de Gijón presenció el evento y la agonía del gitano Cachorro. La impresión causada por la expresión de su rostro en el momento de la muerte lo inspiró a capturar esa expresión de dolor y sufrimiento en la escultura de Cristo en la que estaba trabajando en ese momento.

Sevilla no fue invadida por una partida de ajedrez

La siguiente de nuestras leyendas de Sevilla viene de la mano de un rey y es una de las más interesantes. La historia de cómo Sevilla no fue invadida por una partida de ajedrez.

Abenamar fue el consejero de Almotamid, rey taifa de Sevilla. Abenamar fue enviado a hablar con el rey Alfonso VI, que estaba inactivo para conquistar los reinos taifas. Abenamar retó a Alfonso VI a un juego de ajedrez, apostando 2 granos de trigo por el primer cuadro, cuatro por el segundo, ocho por el tercero y continuando de esta manera exponencialmente.

Abenamar ganó el primer juego de ajedrez y cuando Alfonso VI comenzó a calcular se dio cuenta de que no había suficiente trigo en toda Castilla para pagar su deuda. Abenamar dijo que perdonaría la deuda si retiraba sus tropas de la tierra de Almotamid y, aunque a regañadientes, el rey castellano aceptó el trato y su ejército se retiró en esa ocasión.

La cabeza del Rey don Pedro

La más antigua de las leyendas de Sevilla es la dirigida por el rey Don Pedro I. Volvemos al siglo XIV cuando el monarca, en una de sus giras nocturnas, cruzó con el hijo del conde Niebla, quien apoyó fielmente al hermano bastardo del rey para ocupar el trono. Pelearon en un duelo donde el Rey Don Pedro lo hirió fatalmente.

El golpe de las armas despertó la curiosidad de una anciana que vivía justo en la calle donde se desarrollaba el evento. Cuando dio a luz a la lámpara, rápidamente reconoció al autor del crimen y, horrorizada, se apresuró a cerrar la ventana y dejó caer la lámpara en la calle al lado del cadáver.

Dada la situación, Don Pedro, quien había notado que la anciana lo había reconocido, ordenó a las autoridades que la trajeran frente a él para testificar, ya que, como le había prometido a los Guzmanes, parientes del difunto, haría justicia al cortar y exponer públicamente la cabeza del malhechor que había matado a su primogénito. Durante el interrogatorio privado, cuando Don Pedro le preguntó sobre el autor, ella colocó un espejo frente a su cara y dijo "Aquí tienes al asesino".

Para resolver el asunto, a Don Pedro le cortaron la cabeza de una de sus estatuas de mármol, la colocaron en una caja de madera y la dejaron en un nicho en la calle donde ocurrieron los eventos con la condición de que no se abriera hasta su muerte... Hoy se puede ver el busto en la calle que le da el nombre de Cabeza del Rey Don Pedro. Y justo la calle de enfrente se llama Candilejo, junto a la lámpara con la que encendió el testigo que reconoció al rey.

AIRE Ancient Baths comenzó en Sevilla

La idea de crear AIRE Ancient Baths nació en la ciudad de Sevilla, y fue en octubre de 2001 donde quisimos satisfacer una necesidad: recuperar la tradición ancestral que se había perdido hacia siglos. Por ese motivo, elegimos el nombre de AIRE: por la calle Aire de Sevilla

Por ese motivo, empezó la aventura de crear nuestros templos de relajación, siempre adaptándolos a la ciudad donde se instalaban. Por ese motivo, cada centro AIRE es único, pero todos tienen el mismo objetivo; recuperar la tradición ancestral de los baños de nuestro antepasados como lugares para relajarse y para establecer encuentros sociales como se hacía en las civilizaciones pasadas.

Las ciudades elegidas para abrir nuestros centros AIRE fueron seleccionadas por ser los lugares donde se encontraba ese vacío que debíamos llenar. Son ciudades grandes que necesitaban de un lugar donde las personas pudieran desconectar el cuerpo y la mente, viviendo una experiencia única, adictiva e inolvidable.

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